domingo, 11 de septiembre de 2005

PERSECUCION

Mensaje: 2 Timoteo c.3, vss.10-13.

“Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados”.

La palabra persecución proviene de una palabra cuya raiz significa literalmente acosar o rodear. Pero la persecución que sufre el pueblo de Dios no es meramente pasiva, sino que tal como lo expresa 1 Jn c.3, vs.15, la persecución conlleva un deseo de aborrecimiento y es por naturaleza homicida: “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida….”.

En este breve ensayo bíblico se intentará responder a 4 preguntas que surgen de manera natural cuando se aborda el tópico de la persecución:

¿porqué los religiosos y los gentiles nos odian y nos persiguen?.
¿cual será la razón política y religiosa por la cual nos perseguirán en nuestros días?.
¿cómo debemos responder ante la persecución?.
¿qué hará Dios por nosotros cuando nos persigan?.


1.- ¿Porqué los religiosos y los gentiles nos odian y nos persiguen?.

Usted debe notar que la persecución y el aborrecimiento son tan antiguos como la historia misma. En el libro de Génesis c.4, vss.4-5, se relata que Caín se ensañó contra su hermano Abel y que decayó su semblante. Luego, en 1 Jn c.3, vs.12 se detalla que Caín mató a su hermano por envidia, pues sus obras eran malas y las de Abel justas.

Pero para resolver la pregunta, considere el contexto de las siguientes referencias:

Mt c.10, vss.16-22: seremos aborrecidos por causa del Nombre del Señor.
Jn c.3, vss.19-20: los hombres amaron más las tinieblas que la Luz y aborrecieron la Luz.
Jn c.15, vss.18-19: somos aborrecidos porque Dios nos escogió.

Por lo tanto, no somos aborrecidos y perseguidos por lo que hacemos o por la forma de vestirnos o por la música que tocamos; somos aborrecidos por lo que somos, esto es, porque la luz está en nosotros. Pero esto es interesante, porque si la luz no estuviera en nosotros, nos constituiríamos amigos del mundo y el mundo nos oiría (1 Jn c.4, vs.5). Por lo tanto, técnicamente, no es a nosotros quienes persiguen, sino a Dios. Considere lo siguiente, tomado de Hch c.9, vss.1-5: “Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?........Yo soy Jesús, a quien tú persigues….”. Acá, Pablo estaba en misión persiguiendo cristianos, por lo que Jesús tendría que haber preguntado ¿porqué persigues a mi pueblo?, sin embargo, Jesús aclara la situación declarando que la persecución estaba finalmente focalizada en Él (similar es el hecho cuando Jesús le dice a Pedro: “apartate de mí, Satanás”, cuando era Pedro quien intentaba reconvenir a Jesús para su propia protección).

De esta manera, la respuesta exacta no es que nos odian y persiguen a nosotros, sino a Dios.

Esto que acabo de escribir será muy útil para responder y entender la respuesta a la pregunta 3.





1.1.- ¿Hasta dónde pueden llegar en la persecución?.

Algunas manifestaciones de la persecución pueden ser:

Mt c.10, vs.16: seremos enviados como ovejas en medio de lobos. Los lobos, en general, no atacan solitariamente, lo hacen en manadas o grupos, son cobardes y se sirven de una trampa o estrategia para atacar.
Jn c.16, vs.2: expulsados de los templos y acesinados pensando que rinden servicio a Dios.
Mt c.10, vs.17: enviados a concilios y azotados en los templos.
Mt c.10, vss.21-22: perseguidos, entregados y acesinados por nuestros propios familiares.

Jesús dijo: “si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?” (Lc c.23, vs. 31).

1.2.- ¿Cómo comienza una persecución?.

Debemos entender que aquellos que persiguen a Cristo por medio de su pueblo son hijos del diablo, y el diablo es el padre de toda mentira. Técnicamente, no tenemos ningún motivo para ser perseguidos, de manera que la única razón por la cual seremos aborrecidos es que inventen alguna mentira o falso testimonio. Note lo que dice la Biblia en Mt c.5, vs.11: “ bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo”.

En este sentido, no se sorprenda cuando inventen de que usted es un desordenado, es un falta de respeto, es un ignorante, que está contra el pastor, que está turbado, porque precisamente la mentira es la manifestación del hombre de maldad en medio del pueblo de Dios.

Así que, por cuanto la persecución contra Dios es homicida y ésta comienza por una mentira, falso testimonio, cahuín, pelambre, mal comentario o como usted quiera llamarle, Dios ha interpuesto un pago para ello:

Dt c.19, vss.16-20: el falso testigo recibirá el mal que pensaba hacer contra su hermano.
Dt c.5, vs.20: No dirás falso testimonio contra tu hermano (del decálogo).
Pr c.6, vss.16-19: Dios aborrece al testigo falso que habla mentiras y el que siembra discordia entre hermanos.
Pr c19, vs.5: Dios promete castigo contra el testigo falso y contra el mentiroso.

Pero previo a la mentira, existe un claro sentimiento de envidia. En 1 Jn c.3, vs.12 se nos dice que Caín mató a su hermano Abel por envidia. También fue envidia el motivo de los religiosos para matar a Jesús (Mt c.27, vs.18) y por envidia José fue vendido a Egipto (Hch c.7, vs.9). Por lo tanto, podemos decir que la envidia engendra una mentira y la mentira engendra una falsa acusación y ésta engendra a su vez una persecución. De ahí que se dice explícitamente que el amor no tiene envidia (1 Co c.13, vs.4)

ENVIDIA => MENTIRA => PERSECUCIÓN


2.- ¿Cuál será la razón política y religiosa por la cual nos perseguirán en nuestros días?.

La respuesta a esta pregunta está en el juicio contra Jesús pues, ya que Jesús es mi maestro, en algún nivel yo seguiré sus pisadas. Note la siguiente secuencia:

Mr c.14, vss.55-56: los que comenzaron la persecución eran los religiosos (sacerdotes). Esto se detalla un poco más en Mt c.27, vs.1 (sacerdotes y ancianos del pueblo).
Mt c.27, vs.18: la autoridad política (Pilato) entendía que el motivo (o móvil) de los religiosos era la envidia.

Apelando sólo al motivo religioso, los sacerdotes no podían incitar al poder político a condenar a Jesús, de manera que inventaron una causa político-social. Esto lo vemos en Lc c.23, vs.2. Acá se deduce que la razón política que usarán contra el pueblo de Dios en nuestros días será la desobediencia a la autoridad política, al ordenar no obedecer una orden del presidente de turno.

En nuestros días, el Papa Benedicto XVI, continuando la labor del Papa Juan Pablo II, buscará unificar al mundo bajo una sola religión, llamada ECUMENISMO. Todo aquel que no desee participar de esta globalización de la religión será llamado fanático religioso, será considerado como enemigo de la sociedad y finalmente será catalogado como terrorista. Ésto, que parece un mal chiste, ya ocurrió al menos 2 veces en el Antiguo Testamento: (1) en Dn c.3 se relata la historia de 3 jóvenes que por su desobendiencia a la autoridad del rey Nabucodonosor, fueron lanzados al horno y (2) Dn c.6, Daniel es echado a un foso de leones por desobedecer la orden del rey Darío.

A raíz de los ataques de la organización terrorista Al-Qaeda, se está asociando el fundamentalismo religioso con el terrorismo y ya se ha dado la orden en Inglaterra de expulsar a cualquier individuo que pudiera (incluso remotamente) ser parte de algún movimiento ultra-religioso, principalmente de corte musulman.

La razón religiosa la encontramos en Jn c.19, vs.7. (cuando se dice “religiosa”, léase “espiritual”). Acá se refleja la respuesta natural de las tinieblas frente a la luz. Ellos odiaban a Jesús porque Él vino a destruir las obras del diablo (1 Jn c.3, vs.8), de manera que culparon a Jesús de una supuesta herejía: hacerse a sí mismo Hijo de Dios. En la actualidad esta acusación puede leerse como “éstos son culpables, porque dicen que ellos solamente tienen la verdad, queriendo decir que nosotros somos unos farsantes y engañadores, por lo tanto incitan a la violencia religiosa”.

Usando este argumento, muchos movimientos homosexuales acusan a los protestantes conservadores de incitar a la homofobia y a la intolerancia sexual. Lo mismo hacen los movimientos pro-aborto, los pro-divorcio, los librepensadores que apoyan la diversidad religiosa (particlarmente satanistas y gente de la nueva era) y cualquier otro movimiento que no se apegue a la doctrina bíblica.

Quiero terminar este punto, haciéndole notar en Dn c.6, vss.4-9, como puede deducirse un claro paralelo entre gobernadores y sátrapas con gobierno político y religioso. Interesante.

3.- ¿Cómo debemos responder ante una persecución?.

Hay por lo menos 3 cosas que usted debe hacer cuando se encuentre en una persecución (aunque ahora usted ya sabe que no es a usted a quien persiguen, sino a Dios).

A.- Mt c.10, vs.28: no tema. El mayor dividendo que pueden sacar de una persecución es que le quiten la vida, pero el Espíritu por Pablo dice que el morir es ganancia (Fil c.1, vs.21). Dentro de las instrucciones que Jesús da a los doce enviados acá en el capítulo 10 de Mateo, les advierte acerca de las persecuciones y algunos costos que ellos podrían pagar, entre esos el dar la vida por causa del Evangelio. Pero Jesús pone las cosas en perspectiva, señalando que hay uno mucho mayor que es digno de temor, pues puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno: Dios.
B.- Mt c.5, vss.11-12: gócese y alégrese. Jesús promete un gran galardón (Él mismo) en los cielos por el hecho de ser perseguidos por su causa.
C.- Mt c.5, vss.38-45: responda en amor.

3.1.- ¿Porqué debería responder en amor?.

Usted debe entender que el diablo es espíritu, por lo que su ataque es espiritual y sus armas son espirituales. Por esta razón, es un gran error INTELECTUALIZAR la persecución, pensando inmaduramente que la persecución puede resolverse usando la RAZÓN. Nunca, en ningún lugar de la Biblia, se nos ha enseñado de que podemos confiar en nuestras capacidades para resolver alguna vicisitud. Sólo debemos confiar y apoyarnos en Dios. No cometa el error de llevar el problema al campo de la razón y del intelecto. Eso es despreciar el poder de Dios.

Entonces, ¿qué armas tenemos para “defendernos”?. Note que uso comillas. Ya verá porqué.

3.2.- Las armas del cristiano.

En Ef c.6, vss.14-17 se detalla la armadura del cristiano y, expuesto así, da la sensación de que es algo que usted deberá ponerse y luego, usando su astucia, deberá manipularlas con habilidad para hacer frente al enemigo, pero una revelación más detallada nos cambia el panorama. Observe esto:

Ceñirse los lomos con la Verdad. En Jn c.14, vs.6 se dice que Jesús es la Verdad.
Vestirse con la coraza de Justicia. En Mal c.4, vs.2 se dice que Dios es el Sol de Justicia.
Calzarse los pies con el apresto del Evangelio de la Paz. En Is c.9, vs.6 se dice que Dios es el Príncipe de Paz.
Tomar el escudo de la fe. En Sal c.84, vs.11, Sal c.3, vs.3 y Sal c.28, vs.7 se dice que Dios es nuestro escudo.
Tomad el yelmo de la salvación. En Sal c.27, vs.1 y Sal c.42, vs. 5 se dice que Dios es nuestra salvación.
Tomad la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. En Heb c.4, vs.12 y Ap c.2, vs.16 se hace una equivalencia entre Dios y su propia palabra.

Por ende:

La verdad es Dios.
La justicia es Dios.
La paz es Dios. ===> ¡¡Mi arma es Dios!!
El escudo es Dios.
La Salvación es Dios.
La Palabra es Dios.


La voluntad de Dios es cuidarnos y defendernos, ya sea que lo haga Él directamente (1 S c.17, vs.47; 2 Cr c.20, vs.15, por ejemplo) o a través de nosotros (Mr c.13, vs.11), lo cual es el mismo concepto expuesto en Sal c.46: Dios es nuestro amparo y fortaleza.

Un poco más atrás se desarrolló el concepto de que es a Dios a quien persiguen (Hch c.9, vss.1-5), por lo tanto es Él quien debe tomar lugar en la defensa y en la venganza. Es en ese sentido que se deben entender pasajes como Lv c.19, vs.18; Sal c.18, vss.46-48; Pr c.20, vs.22 y Ro c.12, vs.19. La afrenta de la persecución y el aborrecimiento no se le hace al pueblo, sino a Dios mismo (note en Mt c.25, vss.41-46 dónde Jesús pone el énfasis), de manera que no es usted quien debe tomar revancha o efectuar alguna contraacción. De una buena vez deje que Dios actúe y que sea Él quien solucione el problema.

Finalmente, hay una situación dentro de la persecución que es muy particular y en que físicamente no podemos actuar. Me refiero a cuando estemos encerrados, atados, encadenados, enterrados, crucificados, etc. ¿Qué debe hacer en esos casos?. La Biblia nos enseña que lo que corresponde hacer acá es una sola cosa: PERDONAR. Fue exactamente lo que hizo Jesús en la cruz (Lc c.23, vs.34) y lo que hizo Esteban cuando era apedreado (Hch c.7, vss.54-60).


4.- ¿Qué hará Jesús cuando nos persigan?.

Aunque la persecución va, espiritualmente, dirigida a Dios, Dios nos promete algunas cosas cuando seamos víctima de alguna injusticia.

La persecución tiene 4 actores: el diablo persigue a Dios usando al mundo y la carne para ponerlos contra el pueblo de Dios. En ese escenario, Dios hace, al menos, 3 cosas:

Juzga y condena al diablo y al mundo en la cruz del Calvario.
Vindica al inocente: bendiciéndole en esta vida ante sus angustiadores (Sal c.23, vs.5), dándole paz (Jn c.16, vs.33) y dándole un gran galardón en los cielos (Mt c.5, vs.12).
Castigando al mundo: despojándolo (Ge c.22, vss.17-18), avergonzándolos y atribulándolos (Sal c.6, vss.9-10), humillándolos (Sal c.72, vs.9) y enviándolos al infierno (Mt c.25, vs.46).


Resumen.

Dios, en su Palabra, nos promete que seremos perseguidos por el puro hecho de querer vivir piadosamente. Puesto así, podemos usar la persecución casi como un termómetro de nuestro estado espiritual (más persecución, mayor piedad).

La persecución espiritual es originada, en todos los casos, por un claro sentimiento de envidia, lo cual es codicia. Es por esto que Dios claramente prohibe la codicia: Ex c.20, vs.17; Dt c.7, vs.25; Pr c.21, vs.26; Mi c.2, vss.1-3; Hab c.2, vss.8-9 y 1 Ti c.6, vss.10-11. En este sentido, la persecución que experimenta el pueblo de Dios es netamente espiritual, pero va enmascarada como persecución política, social o religiosa. La persecución estará basada en una o varias mentiras y los creyentes debemos entender que la persecución no es contra nosotros directamente, sino que contra Dios, de manera que Él actuará en concordancia con su justicia y santidad, vindicando a sus hijos y juzgando al diablo y al mundo.

Un hecho clave de la persecución, es que muy probablemente se origine en el seno de nuestra propia comunidad cristiana, ya sea que la realicen falsos cristianos o por cristianos apostatados. En este sentido, la única arma que tiene el creyente en Dios es a Dios mismo, y será Dios quien actúe, ya sea directamente o a través de nosotros. Podemos estar confiados, aunque los hechos sean actualmente adversos, de que Dios tiene el control de todas las cosas y que su eterna voluntad se llevará a cabo en nuestras vidas y en la historia. Así y todo, Dios nos promete bendiciones aún en medio de las persecuciones.

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